01 Nov 2018
Cuentas separadas y conjuntas
Aunque la confianza es imprescindible para la felicidad de una pareja, a efectos prácticos y legales es recomendable mantener cierta “independencia financiera”. Esto significa distinguir con claridad las cuentas comunes de las particulares.

A la hora de abrir una cuenta bancaria, existen tres opciones en cuanto a la titularidad: individual, indistinta y conjunta.
- La individual tiene un solo titular.
- En la indistinta, cada uno de los titulares puede disponer libremente de todo el saldo. Es más cómodo... pero más arriesgado.
- En la conjunta, se necesita la firma de todos los titulares para tomar decisiones sobre los fondos. Es más seguro... pero lento y no muy práctico.
¿Qué tipo de titularidad es más aconsejable? Depende del propósito de la cuenta. Lo ideal es tener una combinación de cuentas individuales, indistintas y conjuntas:
- En las cuentas individuales, cada uno podrá disponer de su propia plata para gastos y proyectos personales. Además de servir para mantener un espacio de autonomía económica muy saludable, las cuentas individuales pueden proteger la economía del hogar. Por ejemplo, en caso de que uno de los miembros de la pareja tenga que hacer frente con su patrimonio a embargos o indemnizaciones, las cuentas propias del otro no se verán afectadas.
- Las cuentas indistintas son ideales para los gastos cotidianos del hogar: comida.
- Las cuentas conjuntas resultan indicadas para los ahorros e inversiones destinados a “grandes proyectos” o compras importantes. Es razonable que ambos tengan que ponerse de acuerdo para disponer de los fondos relacionados con la supervivencia y el bienestar de la familia a largo plazo.
Para ver qué cuentas bancarias convienen mejor a la organización de tu hogar, consultá la sección La cuenta bancaria, el primer paso.