01 Oct 2018
No agrandes el problema
El agobio de las deudas lleva a muchas personas a tomar decisiones que sólo consiguen empeorar las cosas. ¿Cómo podés conseguir que eso NO te ocurra a vos?

- Evitá el préstamo sobre préstamo. Ante la necesidad de pagar deudas de manera inmediata, es fácil caer en la tentación de “solucionarlo” pidiendo nuevos préstamos.
Pero como estos también hay que devolverlos (con sus correspondientes intereses), en realidad no resolvés nada… Tu problema se demora y agrava, y aún es peor si acudiste a prestamistas no autorizados, que no sólo aplican intereses altísimos sino que pueden llegar a ser muy peligrosos.
En ocasiones se encuentran en el mercado préstamos (perfectamente legales) para consolidación de deudas: son préstamos que recibís para pagar todo lo que debés, de modo que en lugar de muchas deudas ahora tenés una sola.
En realidad, esto no es una solución, sino un lavado de cara de tu problema. Seguís debiendo lo mismo que antes, pero a una sola entidad. La consolidación de deudas sólo es conveniente si los intereses que pagás por el nuevo préstamo son menores que la suma de los que pagabas antes, y eso no suele pasar.
- Reconocé el problema y reducí gastos innecesarios. Cuando nos acostumbramos a vivir con ciertas cosas, cuesta mucho admitir que no podemos pagarlas y que tal vez nos toque renunciar a algunas de ellas, por lo menos de forma temporal.
Una buena idea para esta difícil fase de ajuste es dejar descansar la tarjeta de crédito durante un tiempo. Pagá con tarjeta de débito o efectivo, para no engañarte gastando plata que en realidad no tenés en el banco.
Si no querés prescindir de tu tarjeta de crédito, consultá las recomendaciones del Banco Central de la República Argentina para el buen uso de las tarjetas de crédito.